17 oct 2009

Secuencias


Despierto al segundo pálpito

Con resaca de la noche anterior

Con un ardor en todo el cuerpo

Ardor de tarde de verano

Ardor de tus besos

Tus mordiscos

Ardor de las marionetas

Que me miran, me disparan

Y me avientan fuera del viento

Del viento de tu aliento,

Del aliento de tus hombros

Que me hacen despertar el instinto oscuro

De cada noche

Ahorcar tu deseo, sacar las entrañas

De tus gemidos y enterrar toda pista

Tuya de mis sábanas oscuras

Oscura como mi mente y agravio

Oscura como la necesidad de no tenerte

De esconderte entre parpados pesados

Que escapan de tu ombligo

Y que te matan cada vez

Que no me miras

Que te maldicen…

Hasta que llega el tercer pálpito.

1 comentario:

Marce dijo...

qué bueno esto de toparse con poesía, cuando parece no formar parte del cotidiano (muy a mi pesar).
Me encantan estos espacio de construcción, de simbolismo y donde se puede comprender que tenemos más de parecidos que de distintos en este mundo.
Volveré.